Home  |  Contact  

Email:

Password:

Sign Up Now!

Forgot your password?

BajoelcielodeMaria
 
What’s New
  Join Now
  Message Board 
  Image Gallery 
 Files and Documents 
 Polls and Test 
  Member List
  
  
 Nuestra Parroquia 
 Cada día con María 
 Envío Misionero 
  
  
 Audiovisuales 
  
  
 Pautas para participantes 
 
 
 Enlaces y Medios de Comunicación 
 
 
  Tools
 
General: El Anciano Diacono
Choose another message board
Previous subject  Next subject
Reply  Message 1 of 1 on the subject 
From: conmariano  (Original message) Sent: 08/02/2010 20:02
Recibido en mi bandeja de entrada
 
El Anciano Diacono
 
"Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros." Filipenses 3:17
 
Le llamaremos Juan. Está despeinado, descalzo, su camisa agujereada; su pantalón anda por las mismas. Así vistió durante sus cuatro años de estudios universitarios. Es brillante... mas, un tanto callado. Se convirtió a Cristo mientras estudiaba. Frente a la universidad había una iglesia: conservadora, de gente refinada. Tienen deseos de poder ministrar a los jóvenes estudiantes, mas, no saben cómo hacerlo.
 
Un buen día, Juan decide visitar dicha iglesia. Entró: descalzo, con su vieja y rota ropa, su cabello despeinado. El culto ha comenzado; camina por el pasillo en busca de un lugar para sentarse. Como está llena la iglesia, no halla lugar. La gente se ve algo incómoda, mas, nadie se atreve hablar. Juan se acerca al púlpito, mas, no hallando lugar, se sienta en el piso alfombrado (conducta aceptada en la universidad, pero que jamás había ocurrido así en esta iglesia).
 
¡Hay tensión en el medio ambiente... la gente está incómoda! Ahora el sardote observa cómo un bien vestido, anciano y canoso diácono se encamina lentamente hacia Juan. Es un hombre piadoso, culto y refinado. Mientras caminaba hacia Juan, la gente piensa dentro de sí: "No podemos culparle por lo que va hacer. Después de todo, no es de esperar que un anciano comprenda a un joven sentado, así, en el piso".
 
Tarda en llegar hasta el frente... su bastón va sonando según camina. El silencio es absoluto. Ni siquiera se oye el respirar de los presentes. Tampoco puede predicar el sacerdote ante su expectativa de lo que habrá de hacer el anciano diácono.
De momento, observan cómo éste suelta su bastón sobre el piso y con gran dificultad se sienta en el piso junto a Juan con el fin de, junto a éste, adorar a Dios.
 La emoción no tarda en embargar a todos los presentes.
Luego de que el sacerdote logra calmar sus propias emociones, le dijo a los presentes: "Lo que yo voy a predicar, ustedes nunca lo recordarán. Mas, lo que acaban de ver, jamás lo olvidarán. Tengan sumo cuidado de la manera en que viven. Podría ser que ustedes sean la única "Biblia" que algunas personas alcancen leer."
 
¡Dios les bendiga!
Amén
Lucesita del cielo


First  Previous  Without answer  Next   Last  

 
©2025 - Gabitos - All rights reserved