CIUDAD DEL VATICANO, jueves 26 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Madre Teresa, “modelo ejemplar de las virtudes cristianas”, fue en vida un “don inestimable” para el mundo, y sigue siéndolo “a través del amoroso e incansable trabajo de vosotras, sus hijas espirituales”.
Así lo afirma el Papa Benedicto XVI, en un mensaje enviado a sor Mary Prema, superiora de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por Madre Teresa, en un mensaje con motivo del nacimiento de la religiosa, que se conmemora hoy en todo el mundo.
En el mensaje, que ha hecho público hoy Radio Vaticana, el Papa invita a las hijas espirituales de Madre Teresa a seguir el ejemplo marcado por ésta.
“Respondiendo con confianza a la llamada directa del Señor – prosigue el Papa – Madre Teresa dio ejemplo ante el mundo de las palabras de san Juan: 'Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros' (1 Jn 4, 11-12)”.
Que este Amor siga inspirándoos como Misioneras de la Caridad a donaros a vosotras mismas generosamente a Jesús, a quien vosotras pretendéis servir en los pobres, en los enfermos, en las personas solas y abandonadas.
El Papa concluye exhortando a las Misioneras “a beber constantemente de la espiritualidad y del ejemplo de Madre Teresa y, siguiendo sus huellas, a acoger la invitación de Jesús: 'Ven, sé mi luz'”.
Según informa la agencia Asianews, el mensaje fue leído hoy por la mañana por el arzobispo de Calcuta, monseñor Lukas Sirkar, durante la misa presidida por el cardenal Thelesphore Toppo, arzobispo de Ranchi, en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad.
Cerca de mil personas participaron en esa misa, celebrada en la Casa donde reposan los restos de Madre Teresa, informa también la agencia UCAN.
Antes de comenzar la ceremonia, tuvo lugar un sencillo acto de homenaje, durante el cual las hermanas Nirmala y Mary Prema, primera y segunda sucesoras respectivamente de Madre Teresa al frente de la congregación, soltaron una paloma blanca y unos globos.
El cardenal Toppo, por su parte, encendió una vela y la puso junto a la tumba. “En este centenario, debemos escuchar el mensaje de la Madre de que hemos sido creados para cosas más grandes, para amar y ser amados”, afirmó.
La misa fue presidida por el purpurado, y concelebrada por monseñor Sirkar, por el arzobispo emérito de Calcuta, monseñor Henry D’Souza, por el obispo de Baruipur, monseñor Salvadore Lobo, y por el postulador de la causa de Madre Teresa, Brian Kolodiejchuk.