“Queridos hijos, con amor materno y paciencia materna, de nuevo los invito a vivir según mi Hijo, a vivir Su paz y Su amor. Que como mis apóstoles acepten, con todo el corazón, la verdad de Dios, y que oren al Espíritu Santo para que los guíe. Entonces podrán servir fielmente a mi Hijo y con vuestra vida, mostrar Su amor a los demás. Por medio del amor de mi Hijo y de mi amor, yo como Madre, me propongo llevar a mi abrazo maternal, a todos los hijos extraviados y mostrarles el camino de la fe. Hijos míos, ayúdenme en mi lucha materna y oren conmigo para que los pecadores conozcan sus pecados y se arrepientan sinceramente. Oren también por quienes mi Hijo ha elegido y en Su Nombre ha consagrado. ¡Les agradezco!”