Unión y Petición
Queremos estar Contigo, oh Jesús, tú que perdonas al de corazón contrito y humillado. Contigo está la felicidad que tuvo la Virgen María, San José, y los reyes magos, al contemplarte, adorarte y conocerte. Queremos ser uno Contigo en el amor. Te ofrecemos Señor, no oro, ni incienso ni mirra, sino, nuestra mente, nuestro corazón, nuestra alma, y nuestro espíritu. También te ofrecemos nuestro cuerpo, para que sea tu templo. Te ofrecemos todo nuestro amor, todo nuestro ser. Tu eres, oh Jesús, lo mejor, y el Mejor. Te amamos Jesús, y nos entregamos a ti con sencillez de corazón. Danos los signos de tu amor. Danos la sanación, la sanación de nuestros cuerpos, nuestros dolores, nuestras enfermedades. Danos la sanación de nuestros sufrimientos, de nuestros rencores y falta de perdón. Danos la sanación de nuestra mente, de nuestras memorias, de nuestras tentaciones de pensamiento. Danos la sanación de nuestros corazones, nuestras heridas y falta de amor, sanando nuestro interior. Danos la sanación de nuestros malos deseos. Danos la salvación, ¡oh Salvador! Salva a nuestros parientes, a nuestros familiares, a nuestras amistades, a nuestros vecinos, a nuestros enemigos, y a nuestros asociados. Danos la libertad, para ser completamente tuyos oh Cordero de Dios! Danos tu amor y tu gracia. Convierte a los pecadores, Señor y Niño Dios. Concédenos la paz, oh Príncipe de Paz, y la paz en todos los países y lugares del mundo, oh Jesús Sacramentado. Bendice a los pobres, tristes, hambrientos, desamparados y encarcelados a través de tu gente buena, oh Cristo Libertador. Dales consuelo y fortaleza a todos los que lo necesitan en este momento, especialmente los moribundos. Y a las almas del purgatorio, derrama una gota de tu preciosa sangre cada vez que se hace memoria de tu pasión, muerte y resurrección, durante la Misa en la consagración y al partir el pan. Todo esto te lo pedimos, adorándote, dándote gracias, pidiéndote perdón, y suplicándote, en tu Santo Nombre, Jesús, tú que eres el Mesías, el Hijo y el Cordero de Dios, y que vives y reina con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. |