Aparición extraordinaria de la Virgen al vidente Iván el 15 de agosto de 2013, Solemnidad de la Asunción de la Virgen al Cielo

En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen Maria al Cielo, el vidente Iván, tuvo una aparición extraordinaria en su capilla privada junto a los sacerdotes.

Cuando Iván está en Medjugorje invita a los sacerdotes a su casa los jueves para que participen de la aparición. El encuentro con la Virgen inició a las 18:36hs y se prolongó hasta las 18:46hs. También en esta Solemnidad la Virgen apareció vestida de oro. Al finalizar el encuentro Iván Dragicevic dirigió las siguientes palabras a un grupo de 80 sacerdotes provenientes de diversas partes del mundo:

«Queridos sacerdotes: al inicio los quiero saludar a todos de corazón. Me siento contento porque hemos orado juntos a la Madre. Después del encuentro con la Virgen, es difícil verdaderamente, volver a la realidad de este mundo. Estar con la Virgen todos los días, se puede decir, es estar con el Paraíso, porque cada día con la Virgen, viene una parte del Paraíso. ¿Cómo describir, por ejemplo, la belleza de la misma Virgen? ¿Cómo describir su voz? ¿Cómo describir, por ejemplo, su sonrisa… su amor? ¿El amor que se ve así, con claridad en sus ojos, al mirarnos a todos nosotros esta tarde?

Quisiera todavía una vez más evidenciar este amor, el amor propio de la Madre, particularmente evidente cuando están ustedes; de esta manera reunidos los sacerdotes para la aparición. También hoy la Virgen ha venido a nosotros muy contenta y feliz. Se notaba que estaba muy contenta, con una gran sonrisa.

Luego nos saludó a todos y dijo:

“¡Queridos hijos, sea alabado Jesús!”.

Luego la Virgen extendió sus brazos y oro un tiempo prolongado sobre todos nosotros. Entonces encomendé a la Virgen a todos ustedes sacerdotes y a sus parroquias; de donde ustedes provienen. También le encomendé las diócesis de las cuales ustedes provienen. Luego la Virgen dijo:

“Queridos hijos míos, amados míos, también hoy, junto a ustedes, yo oro.

Oro junto a ustedes por las vocaciones en la Iglesia; oren también ustedes, queridos hijos, en sus parroquias.

Oren por las vocaciones en la Iglesia.

Inviten también a las familias a que renueven la oración familiar.

Sepan, queridos hijos, que Yo les estoy siempre cerca e intercedo, ante mi Hijo Jesús, por cada uno de ustedes.

Queridos hijos, yo les digo que siempre oro por la fe firme de mis sacerdotes.

Deseo, queridos hijos, que ustedes sean mi signo en este mundo cansado, mi signo vivo y mi luz.

¡Gracias, queridos hijos, porque también hoy han respondido a mi llamado!”

Luego la Virgen nos bendijo a todos nosotros y los artículos religiosos que ustedes han traído aquí para la bendición. Luego le encomendé a cada uno de ustedes. He encomendado también las intenciones escritas que ustedes han colocado en esta cesta. Luego hubo una conversación privada entre la Virgen y yo. Enseguida de esta conversación privada la Virgen continúo orando por ustedes sacerdotes. Luego la Virgen se dedicó a orar, especialmente, por el Santo Padre. Inmediatamente de está oración la Virgen se marchó en oración y se fue en el signo de la luz y de la cruz con su saludo:

“Vayan en la paz queridos hijos”.

Esto es lo más importante del encuentro con la Virgen está noche. Les repito aún, que esto es lo que yo puedo describir con estas pobres palabras mías. Yo quisiera expresarme mejor, pero lamentablemente, es lo que puedo decir.»

Centro María Reina de la Paz Montevideo-Uruguay