La Madre habla de la «
oración con el corazón», que es uno de los temas recurrentes de sus exhortaciones. Y obsérvese, además, que en el mensaje del 25 anterior invitó a «ser oración», por lo cual el mensaje de este 2 se debe ver como una continuación del anterior.
Muchos devotos de la Virgen María Reina de la Paz preguntan con frecuencia: «¿qué es la oración con el corazón?», ¿«cómo se ora con el corazón?». Y ahora la Madre ha respondido, ha dicho categóricamente: «Ámense los unos a los otros. Yo viví vuestra vida terrena y sé que no es siempre fácil, pero si se aman unos a otros, orarán con el corazón, alcanzarán cumbres espirituales y se abrirá para ustedes el camino hacia el Paraíso». Entonces, la oración con el corazón "y alcanzar con ella las cumbres espirituales" es la oración que se puede hacer cuando se ama al prójimo.
Es cierto que cuando se ora el corazón se abre el alma al amor, pero también sucede lo contrario: si primero el amor hacia el prójimo no está en el corazón, no se puede orar debidamente porque Dios es amor. Y cuando se ora se va siempre en busca del amor. Entonces, la oración no es otra cosa que buscar al Dios-Amor y retenerlo consigo. Pero muchos, aún orando mucho, no logran alcanzar a Dios precisamente porque les falta el amor en su corazones hacia el prójimo. Por eso la Virgen nos pide algo hacer algo práctico antes de orar: «amarnos los unos a los otros.»Porque siempre la oración es un ejercicio de amor. La gente no lo entiende. Muchos se quedan como los fariseos en «palabrerías» cuando oran, porque no llegan a abrir el corazón a Dios porque no están acostumbrados a amar a su prójimo.
Entonces, la oración viene a ser una comedia, una especie de teatro. Y la Virgen quiere ayudarnos, quiere enseñarnos a orar como se debe, es decir, «con el corazón». Y quiere además que con esa oración «alcancemos las cumbres espirituales». Entonces, para orar como se debe, hay que romper las barreras del egoísmo humano, de los temores, del respeto humano, en suma, de los rencores. Y por su puesto: hay que perdonar y amar.
La Virgen cuando habló la primera ves de la «oración con el corazón» al inicio de las apariciones mencionó: «para orar con el corazón hay que perdonar y pedir perdón», y ahora, 34 años después, dice algo parecido:para orar con el corazón hay que amarse unos a otros. Entonces, sin amor al prójimo no se puede orar correctamente, y lo mismo se aplica para alcanzar las «cumbres espirituales». Esas cumbres espirituales de la que habla María, son las cumbres de la santidad, y a la vez, son las cumbres de la experiencia de Dios en la Tierra: experimentar a Dios en plenitud, en expresión de san Pablo: poder ser llevado hasta tercer cielo. (Cf. 2 Cor 2.2)