**Tras la legendaria reunión donde los ultimos santos se reunierón con su gran maestro y patriarca, además de con Athena en persona, simbolo de la paz en la tierras, una cosa había sido declarada: La guerra santa habia comenzado ya. Era verdad. La gloria exige conquista, y el futuro sacrificios. Cuando el santo dorado de Géminis abandonó el recinto del patriarca a defender el tercer templo del zodíco; Defteros, al descender por las lagas escalinatas de piedra, cntemplaba el cielo. Un hermoso cielo de amnecer, tiñendose poco a poco de naranja y brillo, abriendo paso al día. El sol aparecía timidamete sobre el horizonte, acariciando con sus rojizos rayos los 12 templos del zodíaco y la estatua de la diosa. Un nuevo amanecer sobre el santuario de Athena. Pronto, Saga se encontro con su templo; el de géminis, tras bajar todas esas escaleras. A adentrarse en él, subio nuevamente unas exquisitas escaleras de marmol, que dirigia a sus aposentos. Bien es sabido que aquello templos del zodíaco, ademas de ser frenos en el avanze del enemigo y verdaderos campos de batalla; también son el hogar de los caballeros de oro, donde habitan la mayor parte de su tiempo. Y al subirestas escaleras, Defteros se encontro con una rectangular piscina llena de agua caliente, emanando calidos y deliciosos vapores. Y junto a aquella piscina, un par de botellas de sales aromáticas y curativas traidas desde egipto. Un baño digno de un rey. El hermoso santo de géminis comenzó a retirar su dorada armadura lentamente, dejando al desnudo su adónico y escultural cuerpo. Pronto se sumergio en dicha piscina, ahora envuelta en aquellas sales aromáticas. Fragancias de jazmín y lavanda comenzaron a recorrer la casa de géminis, mientras Defteros cubria sus hermosos ojos con sus parpados. Ahora habia cosas mas importates en las que pensar. Un duelo con su misma naturaleza se llevaba acabo. Defteros, bondadoso y noble de nacimiento ahora se veia atormentado por un nuevo mal que crecía en el fondo de su corazón. ¿Era la fuerza o la bondad el camino para la paz? Era cierto que todo lo que el santo de geminis anehlaba era lapaz en la tierra, y defender a su diosa. Sin embargo, no aprobaba muchas desiciones del santuario. Lo consideraba débil y no apto para llevar una guerra. Tibios. Incluso Athena, diosa de la justicia y símbolo de la paz, todo lo que defyeros amaba, ahora parecia débil y frágil. Y esto creaba la semilla malvadaen su corazón. El poder era para los fuertes, como él. Sin embargo, todo esto lo callaba, y se dedicaba a pensar smergido en aquellas deliciosas aguas. Líder, guerrero y poeta. Capitán implacale que dejaria a su estirpe en las glorias de la historia. Tal vez el tercer santo dorado conozca el truco para vencer a la muerte**
**Un extraño y oscuro templo se alzaba frente al caballero dorado de géminis. Columnas rotas, paredes resquebrajadas del color de la ceniza y un extraño olor a muerte eran el paraje donde este se encontraba. Su azulada cabellera era acariciada gentilmente por un viento tétrico y sombrio, al compas de su blanca cada de la mas fina seda. Su semblante era serio, e incluso agresivo, y sus ojos estaban clavados en la oscuridad del templo aquel. Entonces, de un momento a otro, su cuerpo comenzo a bañarse en luz dorada, tenue al principio pero conforme pasaban los segundos esta adquiria mas fulgor y fuerza. Incluso sus cabellos comenzaban a ser mecidos por aquella incontenible fuerza, que quebraba la oscuridad de las sombras y se hacía notar por todo el lugar. Y con una voz clara, familiar y con un alto gradu de autoridad, el jóven, de nombre Defteros, exclamó con impetu..- ¡Dejate ver!- mientras a sus espaldas, algunos rayos se hacían presentes con un tremendo rugido y una centellante luz. Un poderoso santo de oro, en espera de su enemigo.**
**Del interior de aquel negro templo, un resonar de botas metálicas se escuchó. Defteros frunció aún mas el seño al escuchar esto, sin embargo, su mueca iracunda fue transformada en un gesto de sorpresa por un instante al notar de quien se trataba. ¿Era acasó esto una ilución? ¿Una sombra, o una ficción? Un joven, exactamente idéntico al santo de geminis, a exepción de su cabello el cual era tan negro como el ébano y sus ojos, que tomaban el color de la sangre, bajo por las destruidas escalinatas de piedra. Su cuerpo, ademas era revestido por la armadura de géminis también, solo que esta era de tonalidades frias y macabras, y colores negros y purpureos. Un sapuri. Vestimentas de los soldados del infierno, ahora imitaban a las legendarias armaduras de oro vestidas por los mas fuertes de los santos. El silencio reinó unos momentos, con una mueca sonriente en el rostro del maligno y un gesto de sorpresa en el santo de Geminis. Y sin una palabra dicha, solo con cruzar sus ojos, ambos supieron que estaban destinados a morir uno en las manos del otro, apesar de su hermandad. Ambos, con sus cosmos tan diferentes alzados al unisono y de iguales titanicas magnitudes, levantaron un brazo al aire y el otro lo retrajeron a su cintura, mientras elevaban sus cosmos y gritaban como un solo grito de guerra...-GALAXIAN EXPLOSION!!!- Y ambos guerreros, tan iguales y tan diferentes, lanzaban sus brazos hacia adelante, mientras todo un universo, colapsando y muriendo en una bella explosión, se dibujaba a sus espalda sy lanzaba su poder hacia adelante. La luzabarco todo el campo de vision, y aquel par de tremendas explosiones coalisionando seguramente destruirian todo a su alrededor. Ya veriamos que pasaria, despues que dos hermanos, condenados para siempre por su destino, se enfrentaran en una lucha de iguales**
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Atte.
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