Hablan...
Hablan de repetir... pero poniendo sus
bienes a salvo.
Hablan de fraternidad humana... pero cerran-
do su puerta a los males ajenos.
Hablan de amor... pero sin luchar por él, ni
saber vivirlo.
Hablan de fe... y lo que tienen es miedo.
Hablan de fuerza... y por dentro son debilidad.
Hablan de despreciar el dinero... pero en el
fondo le rinden pleitesía.
Hablan de justicia... pero inclinando de su
lado la balanza.
Hablan de amistad... pero con el aguijón en
la flor más conveniente.
Hablan de oración... pero rogando el remedio
para sus problemas y sus males.
Hablan de Dios... pero siempre tras el muro
que los saque de su luz.
Hablan de despreciar el mundo... pero meti-
dos en el foco de su notoriedad.
Hablan de la vida... pero creyendo que todo
lo merecen.
Hablan de éxito ajeno... pero siempre
colocado debajo del suyo.
Hablan de apostolado... pero escabullan
al momento de comprometerse.
Hablan de ayudar... pero sin dar consuelo,
ni ser parte activa en la dificultad.
Hablan de siembra... pero transitan sin
semilla, caminan sin huella.
Hablan de cambio... pero con materia,
ganancia y poder.
Hablan de perdón... pero nunca cicatrizan.
Hablan de ideales... pero nunca suben.
Hablan de promesas... pero nunca cumplen.
Hablan, pero a la hora de actuar, de sentir,
y de entregarse, están mudos, están ocultos,
¡ están muertos !
Zenaida Bacardí de Argamasilla.
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