Monsanto, la ciudad más portuguesa de Portugal
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Cuando preparas un viaje a otro país intentas sobre todo no dejarte ni un sólo detalle de aquellos lugares que ya conoces de oídas y te prometes a ti mismo no faltar a su visita. Muchas veces el hecho de acudir con denuedo a la llamada turística de esos lugares tan conocidos te impide descubrir por ti mismo la sorpresa que resultaría de encontrar un rincón en ese país que no habías oído mencionar nunca. Esto es lo que nos ocurriría si nos hablaran de viajar hasta Portugal y en concreto a la pequeña ciudad de Monsanto, la que en 1938 fue votada como la ciudad más portuguesa del país.
Monsanto se eleva sobre la ladera de una colina, el Monte Santo, y alcanza una altura de casi 1000 metros. La belleza y monumentalidad de este lugar radica en el hecho de que se construyera sobre la propia colina, un lugar inundado de rocas graníticas donde resultaba casi imposible poder ubicar un núcleo humano. El pueblo se extiende bajando la abrupta ladera en una sucesión interminable de casas.
Adentrarnos en el centro de la ciudad es visitar un entramado de empinadas callejuelas de piedra. El bello paisaje de rocas y árboles que rodea la ciudad nos deja ver la Iglesia Mayor, del siglo XV. Su interior es realmente precioso, con un retablo trabajado con la técnica del pan de oro que nos llamará poderosamente la atención. Saliendo de la iglesia por la puerta de atrás nos encontramos con la Rua da Chapela, con el monumento a la Picota y la Pousada de Monsanto, antiguo lugar de alojamiento de los mercaderes portugueses que atravesaban la frontera con España.
Junto a la Picota se abre otra recoleta plaza, la de la Misericordia, que alberga la iglesia del mismo nombre, bajo un aspecto sombrío de piedra y silencio. Las mejores vistas de la ciudad y el enclave que la rodea las podemos hacer subiendo a la Torre del Reloj de la Misericordia. Desde allí bajaremos por la angosta Rua do Relogio para llegar a la Capilla de San Antonio, del siglo XVI. De esta capilla parten dos calles empinadas, de las cuales tomaremos la de la derecha, la Calle Quebrada Santa, que nos lleva a la Fuente do Ferreiro, donde una placa nos recuerda que el agua de esta fuente ha quitado la sed de muchos reyes y príncipes.
Subiremos ahora otra más de las calles empinadas de la ciudad, dejando atrás la Gruta del Forno, para llegar al Mirador de Monsanto, un balcón abierto a la pradera desde donde contemplar la efigie de la ciudad sobre los riscos de la colina. Desde ahí nos dirigiremos al cercano Castillo de Monsanto. El Castillo tiene dos puertas, la Puerta de la Traición y la Puerta Principal. El Castillo, al igual que el pueblo, se levanta de manera irregular, escarpado sobre la roca. Dentro del Castillo visitaremos la Iglesia de Maria do Castelo, donde en mayo se celebra la Fiesta de la Santa Cruz. En esta fiesta, las mujeres de Monsanto llevan hasta la iglesia las populares marafonas, o muñecas de trapo, junto con jarras de barro llenas de flores, flores que se arrojan desde el Castillo.
Fuera de los muros del Castillo se encuentra la Capilla de San Juan y la de San Miguel. Éste último es un edificio románico del siglo XII. Bajaremos de nuevo a Monsanto a través de la Plaza Pelourinho, pasando por la Torre Lucano y la Oficina de Turismo de la ciudad. Desde aquí ya sólo nos queda ver la Plaza de la Cruz, con la hermosa casa nobiliaria de la familia Pinheiro, del siglo XVIII, y la Fonte Nova en medio de la plaza. Un poco más adelante hallaremos la Capilla del Espíritu Santo, de estilo renacentista del siglo XVI, con un pequeño campanario sobre el arco de San Sebastián.
Monsanto es pues un precioso lugar que no debéis dejar de visitar si hacéis un recorrido por Portugal. Un lugar mágico, de paisajes sombríos pero hermosos. Las vistas de la ciudad os maravillarán pues su situación geográfica es realmente deslumbrante. Y callejear por sus estrechas callejuelas empinadas, completamente empedradas, y descubrir el silencio y la tranquilidad de vivir en un lugar como éste. Seguro que no os arrepentiréis.
Cómo llegar
Realmente no es fácil llegar a Monsanto. Veréis, tan sólo podemos hacerlo por carretera, ya que la ciudad no cuenta con transporte público. Monsanto está a sólo 140 kilómetros de Cáceres. Lo mejor es que veáis aquí vuestra ruta hasta la ciudad.