HOY RECIBÍ FLORES
¡Hoy recibí flores! No
es nuestro aniversario o ningún otro día especial; anoche me aventó
contra la pared y comenzó a ahorcarme, parecía una pesadilla, pero de
las pesadillas despiertas que sabes que es real; me levanté esta mañana
adolorida y con golpes en todos lados, pero yo sé que está arrepentido;
porque hoy, él me mandó flores...
¡Hoy recibí
flores! Y no es día de San Valentín o ningún otro día especial; anoche
me golpeó y amenazó con matarme; ni el maquillaje o las mangas largas
podían esconder las cortadas y golpes que me ocasionó esta vez. Hoy,
no pude ir al trabajo porque no quería que se dieran cuenta, pero yo sé
que él está arrepentido; porque hoy, él me mandó flores...
¡Hoy recibí flores! Y
no era el día de las madres o ningún otro día especial; anoche él me
volvió a golpear, pero esta vez fue mucho peor. Si logro dejarlo, ¿qué
voy a hacer?, ¿cómo podría yo sola sacar adelante a los niños?, ¿qué
pasará si nos falta el dinero? Le tengo tanto miedo, pero dependo
tanto de él, que temo dejarlo. Pero yo sé que él está arrepentido,
porque hoy, él me mandó flores...
¡Hoy recibí flores! Hoy
es un día muy especial; es el día de mi funeral. Anoche por fin logró
matarme. Me golpeó hasta morir. Si por lo menos hubiera tenido el
valor y la fortaleza de dejarlo; si hubiera aceptado la ayuda
profesional. ¡Hoy no hubiera recibido flores!
Autor Desconocido
LA VIOLENCIA PERVERSA
La violencia
perversa no sólo es difícil de detectar por parte de los testimonios
externos, sino que sobretodo es negada por el agresor que niega asumir
la responsabilidad del problema y carga toda la culpa en la víctima.
La negación de la violencia
tanto por el agresor como por los testimonios, así como por el hecho de
que la vergüenza impide a la víctima comentarlo, constituyen una
violencia adicional, ya que ésta no llega a hacerse escuchar. Por el
contrario, esto puede engendrar a la vez en la víctima una violencia
reactiva que sí es fácil de detectar, lo cual podrá hacer que se diga
que es ella la responsable del problema.
Los abogados que defienden a las
víctimas, se encuentran a menudo desarmados, ya que les es difícil
aportar la prueba de la violencia sufrida.
¿Cómo definir la violencia perversa y el acoso?
Es
una violencia indirecta sin marcas ni heridas, con daños psicológicos
que pueden ser de por vida. El acoso es una repetición frecuente,
intencionada, destructiva, invisible. Un fenómeno de destrucción de
otra persona indirectamente, a lo largo del tiempo y frecuentemente.
La llevan a cabo individuos perversos, narcisistas.
El agresor no considera a la víctima como persona, sino como un objeto utilizable a su antojo.
* Pierde toda consideración y respeto,
* La rebaja, humilla y responsabiliza de cualquier problema.
* Intenta aplastarla cuando considera que no es imprescindible o que le molesta.
Son personas perversas cuyo objetivo es:
* Llegar al poder a cualquier precio, incluso aplastando a los demás.
* Ejercen un dominio que paraliza a la víctima dejándola a su merced.
* Se considera omnipotente, disfruta haciendo sufrir, frustrando y machacando permanentemente, con lo cual no deja pensar a la víctima para que no llegue a entender su juego destructor.
La
víctima cae en su trampa, no por masoquismo sino porque el nivel de
perversión es tal, que le impide entender este tipo de situaciones. No reacciona, pues la contradicción seducción - amenazas a las que se ve reiteradamente sometida la sumerge en un mar de dudas.
Métodos de acoso:
*
Rechaza y niega el uso de violencia. Sin combate, se deshace de la
víctima porque le molesta, sin decirlo claramente. Pero al
darse cuenta, chantajea a su víctima para que esta calle.
* El acosador es quien manda y tiene el poder. En el fondo son personas muy inseguras.
*
Acosa a la víctima cada vez más a menudo hasta que revienta y cae
enferma. Es cuando acaba de hundirla, la rechaza y la menosprecia
porque es un objeto sin valor.
Dra. Hirigoyen
Un Abrazo y que Dios derrame sobre ti, muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, y mucha Prosperidad;
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