Tu risa fue tinta para mi pluma y tu ausencia la secó, como se está secando mi alma, con la ausencia de tu amor. Fuiste brisa del amanecer, que llegaba a mis labios con tus besos, fuiste el sol que doraba mi piel, y fuiste mis ilusiones y sueños, la hoguera que calentaba mis fríos inviernos. Aun recuerdo tu piel, suave como el terciopelo, que lograba poner la mía, de gallina, ¡sólo con un beso! Vivo de aquellos recuerdos, que dejaste en mi mente una noche, de las huellas de tus manos, que aun conservo en mi alma. las conservaré toda mi vida, por que aún, tengo que decirlo... TE QUIERO.
D.A.
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