Una bobina de cable de las grandes, pintada y terminada con una base de vidrio puede convertirse en una coqueta mesa ratona.
Un cajón de vino antiguo, de esos que tienen pequeños compartimentos, puede servir para hacer una repisa de miniaturas.
¡A no desperdiciar ni tirar trozos de mangueras! Enrolladas y pegadas prolijamente pueden servir para hacer el respaldo o base de una original silla.
O para forrar un tacho o revistero y darle un toque moderno. O para armar novedosas alfombras o felpudos, enrollando la manguera sobre una base de cartón y pegándola entre sí a medida que se la va enrollando.
Las latas de conservas también pueden reciclarse: por ejemplo, pintadas y decoradas pueden transformarse en originales portavelas para decorar un íntimo rincón de la casa.
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