MIGUEL F. AYALA La situación climática para el Archipiélago canario no se presenta demasiado halagüeña para 2011. Una serie de alteraciones importantes, como el debilitamiento del anticiclón de las Azores, el aumento de las temperaturas y el desplazamiento de la corriente de chorros, están haciendo mella en nuestra meteorología y hay ya quien augura un ambiente cada vez más tropical para el clima de las Islas.
José Luis Martel, técnico de la Agencia Canaria para el Cambio Climático, explica que "la corriente del chorro", un flujo de vientos potentes que sopla en el Atlántico de oeste a este, "se ha desplazado hacia el norte, lo que provoca las fuertes heladas que se están registrando en casi toda Europa y las altas temperaturas que están dominando en Canarias los últimos meses. Si la corriente de chorros se hubiera desplazado hacia el sur, como ha sucedido en otras ocasiones", comenta, "lo habitual sería que llegaran grandes temporales".
Ese aumento en los termómetros al que hace referencia Martel queda constatado en los da-tos aportados por los científicos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que estiman entre uno y dos grados centígrados la subida media de la temperatura durante el otoño de 2010 en Canarias, cuando en el resto del país el aumento se ha estimado en torno a los 0,4 grados centígrados de media.
Hay quien habla ya de tropicalización del clima de Canarias y Martel confiesa que los datos recogidos "van en esa dirección", destacando que "incluso se está expandiendo la banda tropical".
El propio Martel, además, trabaja en un proyecto que trata de aclarar si el cambio climático existe en Canarias y, si es así, cuáles son las variaciones que está provocando en nuestra meteorología. "Hemos hecho una recopilación de los registros de las temperaturas de los últimos 30 años y la percepción inicial es que sí ha subido la temperatura, aunque nos queda por determinar qué efectos está produciendo dicho aumento", añade.
Anticiclón debilitado
El segundo factor decisivo en esta alteración climática de Canarias es el anticiclón de las Azores, que es así como se denomina al centro de acción meteorológico que, localizado entre dichas islas y Madeira, que influye sobre Europa en general y sobre España y Canarias en particular, aportando tiempo seco, soleado y caluroso, factores que en las Islas se ven neutralizados por la acción de los vientos alisios.
Las opiniones están enfrentadas en este tema porque hay quien cree que el anticiclón se ha desplazado hacia el sur, dejando pasar fuertes borrascas hacia Canarias, que son las que han causado graves daños en el litoral del sur de Gran Canaria, y por otro lado están quienes opinan que "únicamente se ha debilitado un poco", como es el caso de Jesús Agüera, jefe del grupo de predicción de la Aemet.
"El anticiclón está débil y ha favorecido que cada vez tengamos más viento del este, más entradas de calima y tiempo africano en las Islas", cuenta el científico antes de explicar que ese centro de acción meteorológica "antes frenaba todos esos episodios violentos y ahora no".
Estos factores, según los especialistas, pueden acabar con la peculiaridad climática de las Islas Canarias, pasando de tener un tiempo subtropical a un clima tropical, con temperaturas muchos más altas y temporales más virulentos y frecuentes.
No obstante, Agüera opina que "los otoños más cálidos son habituales en Canarias desde hace tiempo", y recuerda que "al reducirse la incidencia de los rayos solares por el invierno, es más corriente que se registren borrascas, porque se debilita efectivamente el anticiclón".
Lo cierto es que, con datos o no, las altas temperaturas, las fortísimas lluvias y los episodios de viento son cada vez más habituales, y en islas como La Palma el ahora habitual cierre de su aeropuerto señala que existe un cambio, y que no es poca cosa.
Incluso Víctor Quintero, director del Centro Meteorológico Territorial en Canarias Occidental, definía esas variaciones mencionadas como "una fase de cambio climático de libro".
Pese a todo, la corriente de chorros y el anticiclón de las Azores que tanto preocupan actualmente a los científicos han logrado desviar al menos otras 12 borrascas, que acaba- ron yéndose directamente a la Península o a las Islas Británi- cas en 2010, cuando amenaza- ban con sobrevolar el Archipié-lago y descargar su furia. Así, lo único claro es que no deben guardar muy lejos los bañadores y biquinis, porque este invierno promete.
Articulo del diario La Opinión.
Saludos de Mercedera