“Semilla”
Que caistes en mis manos.
Te observé hermosa, me di cuenta que estabas llena de vitalidad.
Decidí ponerte en la tierra que necesitabas, en unas semanas te vestístes con dos hojas brillantes, crecístes un tallo fortificante.
Unos meses después fabrícastes unas ramas alargadas, seguistes así durante varios años.
En una primavera comenzastes a florecer. Los abejorros venían a recoger tú polen, zumbaban tanto que hasta el perro que dormía bajo tú sombra, se despertó.
Al caer los pétalos, ya asomaba tú fruto, que cada día que pasaba se hacia más grande.
Cuando llegó su madurez se transformó en un reluciente fruto. Lo tomé y lo probé, tuve que darte las gracias por regalarme tan delicioso manjar, a cambio todos los años me sorprendístes con más cantidad de alimentos que incluso los pájaros comen con deleite.
Experimenten.
¿Qué árbol es?
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