La sabiduría divina me ofrece una guía clara.
Aveces, puedo sentir inseguridad y tener la necesidad de guía o claridad. Quizás deba tomar una decisión importante y desee poder discernir los próximos pasos a dar. Dondequiera que esté, Dios está, así que sé que cuento con guía divina en todo momento. Abro mis “oídos espirituales” y escucho. La guía surge de maneras claras e inequívocas. Una idea divina, una perspectiva nueva o hasta una aparente coincidencia pueden señalar el camino.
Cuando busco guía interna, abro mi mente y corazón al espíritu divino. Actúo según la dirección que recibo, siento confianza y estoy más consciente de mi guía interna.
Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. —Salmo 32:8