El mejor regalo que puedes dar, El Perdón!!!
Lo que doy con mayor facilidad
debo darlo lo primero: el perdón.
el «perdón», así; ¡tal como suena!
Debo perdonar,
volver siempre a perdonar.
Si dejo de perdonar
empiezo enseguida a levantar un muro.
Y un muro
es el principio de una cárcel.
En la vida tengo necesidad de hacer,
sobre todo, dos cosas:
«comprender» y «olvidar».
Conozco a mucha gente
y conozco los secretos de muchos.
Estoy cada vez más persuadido
de que no existen
dos hombres idénticos.
Cada hombre es un mundo aparte;
vive, piensa, siente y reacciona
a partir de su mundo,
cuyo centro profundo
me resulta siempre extraño.
Por eso entre los hombres
se crean, necesariamente,
roturas, fricciones e incomprensiones.
Solamente si comprendo
que el otro es «otro»,
si estoy dispuesto a perdonar
será posible «vivir juntos».
De otra suerte la vida se convertirá
en un recíproco asedio
y viviré día tras día en guerra,
caliente o fría.
Hay ocasiones excelentes,
excepcionales,
para hacer las paces,
para desterrar los litigios.
Dado el primer paso, el más difícil,
el resto será una «fiesta».
¡El perdón! ¡El regalo más hermoso!