Fülop nunca fue una cigüeña blanca cualquiera. Eligió, durante toda su vida, vivir de otra manera e, incluso con su propia muerte, ha ayudado a concienciar a los humanos sobre la importancia de ayudar a conservar la vida de las aves.
Fülop nació en Luceni, provincia de Zaragoza, en 2003, donde fue anillada como pollo en nido. Tres años después, ya se había instalado en Bodrogkeresztúr, un pequeño pueblo de Hungría, donde residía incluso durante los inviernos. El de Fülop es un caso atípico ya que la mayoría de las cigüeñas que nacen en España migran hacia el sur y posteriormente vuelven a la zona donde nacieron como adultos para criar.
Pero Fülöp decidió no seguir la corriente y dirigirse a centro Europa. Quizás durante alguno de sus movimientos conoció a su pareja húngara y decidió seguirla hasta su país de origen (parte de las poblaciones de cigüeña blanca centroeuropeas cruzan hacia África a través de España). Es la única cigüeña blanca española que se conocía viviendo en Hungría y en su ciudad de acogida todo el mundo quería a Fülöp.
Cigüeña y su vida.
A lo largo de su vida Fülöp sacó adelante a 34 pollos, pero el año pasado, con 15 años, moría electrocutada. Su muerte apareció publicada en los medios escritos y en la televisión húngara y ha servido para concienciar y realizar una campaña en la zona para mejorar los apoyos y evitar la muerte de más aves por esta causa.