Romancero Español
La venganza de Mudarra
A cazar va don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara: con la grande siesta que hace arrimádose ha a una haya, maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada, que si a las manos le hubiese, que le sacaría el alma. El señor estando en esto, Mudarrillo que asomaba. —Dios te salve, caballero, debajo la verde haya. —Así haga a ti, escudero, buena sea tu llegada. —Dígasme tú, el caballero, ¿cómo era la tu gracia? —A mí dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, cuñado de Gonzalo Gustos, hermano de doña Sancha; por sobrinos me los hube los siete infantes de Salas; espero aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada; si delante lo tuviese, yo le sacaría el alma. —Si a ti te dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, a mí Mudarra González, hijo de la renegada; de Gonzalo Gustos hijo y anado de doña Sancha; por hermanos me los hube los siete infantes de Salas. Tú los vendiste, traidor, en el val de Arabiana, mas si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el alma. —Espéresme, don Gonzalo, iré a tomar las mis armas. —El espera que tú diste a los infantes de Lara, aquí morirás, traidor, enemigo de doña Sancha.
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