Bruja tonta, olvidadiza,
con un caramelo hechiza,
y su cabeza chiflada
nos ofrece una trastada.
Destartalinda desastre,
en una escoba con lastre
que nunca puede volar,
porque el lastre hay que quitar.
Su casa, es un desconsuelo,
todo tira por el suelo,
de basura y muchos trastos,
con alfombras y canastos.
Se ha caído muchas veces,
resbalando entre las nueces
con que pócimas realiza,
para tener la piel lisa.
Destartalinda se llama,
la que no tiende su cama,
el nombre más adecuado
porque no tiene cuidado.
Con las ropas al revés
y entre sus llaves un pez,
del acuario de tío Arturo
por donde mira el futuro.
Destartalinda genial,
que no sabe hacer el mal,
porque todo lo hace mal.
Zandra Montañez Carreño