Mi problema es que no puedo
dejar de imaginar,
que el agua te besa y quiero,
así como el agua tu cuerpo besar.
Mi problema es que yo envidio
tu vestido y me condeno,
quien fuera ese vestido tibio
para así cubrir tus senos.
Mi problema es que te veo
y al instante desespero,
no sólo porque te deseo
sino también porque te quiero.
Mi problema es no tenerte
y por ti enfermo, es la verdad.
Ven, abrazate conmigo hasta la muerte
para así curar mi enfermedad.
Un problema encerrado en un verso
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