Antes de seguir, reconozco que soy una privilegiada porque puedo permitirme dejar a mis hijos con alguien en casa mientras trabajo. Muchos padres no tienen esa posibilidad, lo que, siguiendo el silogismo de su jefe, Rajoy, sobre la "mayoría silenciosa que no se manifiesta", significaría que todos los que lleven al colegio mañana a sus hijos están de acuerdo con los recortes -más de 5.000 millones de euros desde 2010- en un sector, el educativo, que debería estar especialmente protegido.
Pienso en familias de compañeros de David y Natalia en el colegio público de San Blas (Madrid) al que van, que no protestarán pese a haberse quedado sin becas de comedor o de libros. No se equivoque, señor Wert, no es que renuncien felizmente a ese importe en aras de un interés mayor, como es salvar a los bancos. Es que no pueden faltar a sus trabajos en la peluquería, la obra o limpiando casas. Puede que ni se hayan enterado de que se ha convocado una huelga. Pero todos se rascan el bolsillo para pagar los libros de texto, el dinero de la cooperativa para material escolar o las cada vez más escasas excursiones, que también son formativas. Puede que sea porque, después de todo, se preocupan por la educación de sus hijos.
Señor Wert, basta. Basta de tratarnos a los padres como a estúpidos con consejos como "reutilizar los libros" si no podemos pagarlos. Como si no se nos hubiera ocurrido. Como si siempre fuera posible. O con eufemismos como que "el número de alumnos por clase no aumenta, se flexibiliza". Entonces, ¿por qué no lo flexibilizamos, pero a la baja? Ah, que no pasa nada, que según los estudios de la OCDE, solo se pierde eficacia en grupos de más de 45 o 50 alumnos, o sea que tenemos todavía mucho margen de flexibilidad.
Basta de recortar en profesorado. Basta de segregar a los que se quedan rezagados. Basta de fomentar la desigualdad reduciendo becas y subiendo tasas. Si realmente le interesa mejorar la competitividad de las futuras generaciones y sacarnos del primer puesto en fracaso escolar en Europa, recuerde que los sistemas educativos más exitosos en el informe Pisa tienen en común la calidad y formación de sus profesores y la intervención temprana para que ningún niño se quede atrás.
Basta de buscar titulares y crear polémicas. Basta de desunir y provocar en vez de buscar consensos. Basta de utilizar la educación de nuestros hijos como instrumento para imponer su ideología. Haga su trabajo, procure que el sistema educativo sea el mejor posible para todos, hasta para los que le critican. No es su futuro, señor Wert, el que está en juego. Es el nuestro.
ACTUALIZACIÓN: Acabo de conocer y firmar la petición de la ONG Educación sin Fronteras, recogida en Lo que hay que Wert, para que los presupuestos destinados a Educación para 2013 vuelvan, como mínimo, a los niveles de 2011.