José Watanabe
La oruga
Te he visto ondulando bajo las cucardas,
penosamente, trabajosamente, pero sé que mañana serás del aire.
Hace mucho supe que no eras un animal terminado y como entonces arrodillado y trémulo te pregunto: ¿sabes que mañana serás del aire? ¿te han advertido que esas dos molestias aún invisibles serán tus alas? ¿te han dicho cuánto duelen al abrirse o sólo sentirás de pronto una levedad, una turbación y un infinito escalofrío subiéndote desde el culo?
Tú ignoras el gran prestigio que tienen los seres del aire y tal vez mirándote las alas no te reconozcas y quieras renunciar, pero ya no: debes ir al aire y no con nosotros.
Mañana miraré sobre las cucardas, o más arriba. Haz que te vea, quiero saber si es muy doloroso el aligerarse para volar. Hazme saber si acaso es mejor no despejar nunca la barriga de la tierra.
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