No amarse ahora, pero haber amado. Y encontrarse otra vez... Recuerdo grave como el de alguna flor de aroma suave que se mustia en un libro ya olvidado.
Va surgiendo el recuerdo desvelado: una palabra, un gesto... Es una clave que nadie descifró, que nadie sabe; recinto nuestro, cántico inviolado.
Estamos en silencio, frente a frente. Y sin verte, yo sé que me has mirado con no sé qué recuerdo transparente
en los ojos lejanos... No has cambiado. Y es dulce estarse así, indolentemente, pero no amarse ya. Haberse amado.