Cobijo del árbol.
Espero a que el árbol crezca,
para tomar sus frutas frescas,
en un mundo de experiencia,
que hace feliz la existencia.
Por las mañanas lo miro,
haber si un poco ha crecido,
con sus hojas y el sereno,
hace brillar mi moreno.
Su copa me da buen cobijo,
lo miro desde aquí muy fijo,
es mi amigo,mi escondite,
todo esto es convite.
Entre sus hojas y laberinto,
veo el mundo y lo pinto,
soy como un duende encantador,
poeta y buen soñador.
Sus ramas de fuerza increible,
su tronco con poder superior,
entre el follaje las cigarras cantan,
al trepar los niños felices saltan.
Libni Durán Serna.