Anoche mientras me alejo, sin querer, los dedos de mi mano izquierda pasean por mis labios distraídamente pensando que son tus labios y los beso y los muerdo y entonces, es cuando caigo en la cuenta que vuelo, con alas de mariposa vuelo y recuerdo también las tuyas, que revolotean sobre mi cuerpo.
Sugestiva está mi mente, distraída recordando, llena en emociones y sensaciones ando; ahora, todo mi pensamiento es tuyo, ya de nadie me declaro presa más que de tus labios, de tus besos. Ya hasta en sueños abundan mis gemidos, mis suspiros, ya el frío que sentía, lo has transformado en incendio… Ahora destilo, por cada poro de mi cuerpo, ahora… Eres mi dueño.
A veces, tengo que acariciar mi cabello y soñar que son tus dedos y emocionada en ti, arde todo mi cuerpo y extrañamente, paso del calor al frío y erizándome toda y retorciéndome, añoro tus brazos, brazos atentos a estrujarme y a sacarme de control; recuerdo… Que al tenerte todito entre los míos, exhalo de pasión sin control sobre tu cuello… Recuerdo… Que metida entre tus brazos… Me excito y casi sin poder, me alejo para no terminar devorando tu sensible cuerpo.
Recuerdo… Como dejas que mis manos recorran tu cuerpo y me deslizo desde tu rostro y luego a tu cuello, para terminar disfrutando con deleite, derretida en tu pecho. Sí, es esa la expresión, derretida, vencida, indefensa ante tanto… Tanto deseo.
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