

Paulina Vinderman
El mundo en jaque
Su gata murió de vieja este verano y el gomero se dejó secar, poco después, obstinado en el balcón. ¿A quién contar esta historia de locos, esta encomienda que llega en un caballo con arneses de plata -cierto rencor en las comisuras- con quién contar? El aire está enfermo pero todos respiran, ella queda morada por el esfuerzo, insomne para siempre, buscando la estrella de lata con la cual vestía su vida en Navidad para cambiarla por el dibujo de un barco en el Pacífico o una palabra que resplandezca en la oscuridad (y no lleve comillas.)


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