Es un vacío tan inútil, masturba mi mente con imágenes idiotas, una vida tan vacía y mis deditos de esclava que no salen de su apatía y mi existencia rastrera que chamusca el alma con sentimientos tenues, siempre anhelando más, tan inquieta e impávida a la vez y siempre sola... Desgraciadamente rodeada de gente.
Desaparecen las exaltaciones momentáneas y la amargura infla una vejiga en mi pecho... Auto-control... Descarta una a una las mil posibilidades orgásmicas que se pasean provocativas y dejando mal sabor, desde la auto-complacencia hasta las más sórdidas y enceguecedoras, sólo inalcanzables por las múltiples lenguas oxidadas que me atan de muslos, torso y cuello a una realidad completamente ajena sin la cual no sé continuar... Somos seres con capacidad de aprender.
¡Me sentí libre! emparedada a tu lecho, amenazada por un sable, yeso y un usado saco de huesos, sin más pretensiones que las de transgredir las leyes de la física y el sentido común, para juntar mis partículas a la vez con las tuyas y las del suelo y continuar inmóvil, deseándote sólo mientras no te tengo.
Desconozco autor.
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