Siete palabras mágicas
¡Muévete!
Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las montañas, sal de la ultima rutina de trabajo, las relaciones y los patrones de la vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedes ser autentico y nutran tus sueños mas locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas
¡Toca!
Toca las partes que amas de tu cuerpo. Da abrazos en la panadería, en el parqueadero, en las puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu perro o tu gato un poco mas. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, la roca y el agua. Mientras mas lo hagas te sentirás mas a gusto con el placer de tocar.
¡Escucha!
Siéntate en silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado. Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha tu voz interna, esa que solo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que nunca has hablado.
¡Siente!
El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo mas profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estas vivo.
¡Confía!
Tu sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu mas alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: Finalmente, tú y solo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo un día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de llegar allí. Si no confías plenamente en ti, te conviertes en moho.
¡Reúnete!
Con los hombres y mujeres que amas. Toma el te acompañado, camina en compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros. Haz absolutamente todo acompañado. Celebra que tu cabello, tu cuerpo y tus historias, son diferentes a las de los otros y a su vez, son completamente parecidas. Cocina y come en compañía. Párate al lado de la máquina lavadora y llora, laméntate, ríete y abrázate con alguien.
¡Recibe!
Por una vez para de dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.