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Gerardo Diego
ANTE LAS TORRES DE COMPOSTELA
También la piedra, si hay estrellas, vuela. Sobre la noche biselada y fría creced, mellizos lirios de osadía; creced, pujad, torres de Compostela.
Campo de estrellas vuestra frente anhela, silenciosas maestras de porfía. En mi pecho —ay, amor— mi fantasía torres más altas labra. El alma vela.
Y ella —tú— aquí, conmigo, aunque no alcanzas con tus dedos mis torres de esperanzas como yo estas de piedra con los míos,
contempla entre mis torres las estrellas, no estas de otoño, bórralas; aquellas de nuestro agosto ardiendo en sueños fríos.

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