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Luis Alberto de Cuenca
LÍNEA CLARA
Dicen que hablamos claro, y que la poesía no es comunicación, sino conocimiento, y que sólo conoce quien renuncia a este mundo y a sus pompas y obras —la amistad, la ternura, la decepción, el fraude, la alegría, el coraje, el humor y la fe, la lealtad, la envidia, la esperanza, el amor, todo lo que no sea intelectual, abstruso, místico, filosófico y, desde luego, mínimo, silencioso y profundo—. Dicen que hablamos claro, y que nos repetimos de lo claro que hablamos, y que la gente entiende nuestros versos, incluso la gente que gobierna, lo que trae consigo que tengamos acceso al poder y a sus premios y condecoraciones, ejerciendo un servil e injusto monopolio.
Dicen, y menudean sus fieras embestidas. Defiéndenos, Tintín, que nos atacan.
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