Las circunstancias diarias de la vidanos ponen a prueba!
hijo que se enferma…,el socio que defrauda nuestra confianza
¡Y ni hablar cuando esa frustración es provocada por uno de esos tantos “pequeños tiranos” con los que nos cruzamos a cada rato!
¿¡Quién no ha pasado por este estado, verdad?!
decirse: tengo que calmarme...,
tengo que modificar mi enfoque…,
debo pensar en positivo…etc. etc
En ese estado de casi “emoción violenta”…
los pensamientos positivos “chocan” contra tal muralla de enojo…
Para ello contamos con tres valiosas herramientas:
la respiración…, la intención…y la visualización…
( cada una, por separado, tal vez no tengan gran alcance…, pero juntas: ¡son poderosísimas!)
EL PROCEDIMIENTO:
DELIBERADAMENTE inhalás por la naríz lo más suave
y extendido que puedas, mientras SIMULTÁNEAMENTE visualizas que una energía negra proveniente
de la Tierra, penetra por tus pies hacia arriba…más
…y más…ascendiendo por tu tronco , manos brazos, hombros, cabeza…
y luego, al exhalar también lentamente, la empujás hacia “afuera”, hacia la periferia de tu cuerpo…donde toda esa densidad malsana conformará una especie de costra…como una segunda piel de “barro” oscuro…sobre toda tu figura; y esa costra, ni bien termina de formarse, inmediatamente empieza a partirse en pedazos…como una corteza de fango reseca…cayendo sobre la tierra, que al instante la absorbe en su seno para transmutarla…
Luego de algunas respiraciones idénticas, cuando sientas intuitivamente que ya te “has limpiado”…, entonces, en el último ciclo “inhalación/respiración”, en lugar de energía negra, inhalás energía del color que tu intuición te indique, (ese color es el que estarás necesitando para terminar de armonizarte)…, y al exhalar, lo repartís por todo tu cuerpo.
En síntesis:
Inhalación: trepa por ti la energía negra atrapando los grumos de la viscosidad.
Exhalación: la empuja hacia afuera formando una costra que “estalla” al instante en pedazos.
Última respiración: reemplazas el negro por el color que “presientas” necesitar.