
José Somoza
La luna
La luna mientras duermes te acompaña, tiende su luz por tu cabello y frente, va del semblante al cuello, y lentamente cumbres y valles de tu seno baña.
Yo, Lesbia, que al umbral de tu cabaña hoy velo, lloro y ruego inútilmente, el curso de la luna refulgente dichoso he de seguir, o amor me engaña.
He de entrar cual la luna en tu aposento, cual ella al lienzo en que tu faz reposa, y cual ella a tus labios acercarme;
cual ella respirar tu dulce aliento, y cual el disco de la casta diosa, puro, trémulo, mudo, retirarme.

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