Bahía
¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa costumbre de tus alas que refrescan el aire y renuevan la luz? Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven. Allá fuera está el mar, allá fuera, en el mundo, estás tú. Comiendo tú sin mí: tu hambre, tu pan, tu vino y tu mañana. Yo aquí, ante los manteles opacos y la bebida amarga, ante platos sin sabor ni colores. Lo intento, sí, lo intento, pero cómo comer sin ti, ni para qué... Tú te has llevado tu olor a bosque y el gusto de la vida. Fuera están mar y aire. Dentro, yo solo frente a la mesa puesta que ha perdido su voz y su alegría
Antonio Gala
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