Reunidos alrededor de un anciano están los nietos,
pendientes todo de la sabiduría que con los años
ha recaudado su abuelo.
Ellos anhelaban saber cómo es el amor verdadero,
ya que estaban deseosos de experimentarlo.
El anciano con una sonrisa en el rostro empieza así la historia:
Un joven lleno de mucha ilusión, deseaba con toda el alma
encontrar el verdadero amor, suplicó a las estrellas
encontrar una mujer bella en verdad, pensaran que estoy
inventando, pero si suplicó a las estrellas lo hizo en un poema:
Oh estrellas benditas
Toda la tierra divisan
Todas las personas miran
Guíenme hacia mi doncella.
Que me paso las horas esperando
Entre miles de rostros
Con el corazón la estoy buscando
Ayúdenme preciosas estrellas.
Un joven de nobles sentimientos quién lo diría,
olvidado por el amor,
acompañado por la imaginación.
Esta imaginación le ayudo a inventar muchos poemas
del afán de tener un amor verdadero,
que durara toda la vida aunque solo fuera
un instante fugaz en el tiempo.
Es triste tener tanto amor y no se encuentre con quien compartirlo,
el corazón le ardía y en ocasiones hasta dolía,
siempre vigilante, aguardando a la persona amada sin
conocer siquiera que exista, se encontraba este joven:
Estoy entre el cielo y la nada
Estoy entre versos y líneas
Estoy entre risas y lágrimas.
No sufro, tampoco rio
Tan solo quiero amar
Tan solo quiero ser correspondido.
Quiero encontrarte
Quiero estar contigo
Amándonos Tú y Yo.
Mas no imaginaba lo que el destino le tenía preparado,
escribió tantas veces sobre el primer encuentro
que ninguno de sus poemas alcanzó a describir
tan sublime suceso.
Una tarde majestuosa
Dos miradas se cruzan
Dos corazones que se encuentran.
No hacen falta palabras
Es todo lo que yo quería
Es todo lo que soñaba.
No hacen falta palabras
Soy todo lo que tú buscabas
Soy la dulzura que necesitabas.
Una tarde majestuosa
No sé si llueve o esta soleado
Nos perdimos en una mirada.
Tú y Yo en una mirada
Sin tiempo, sin espacio
Dos almas que se aman.
Quedan cortas las palabras de un encuentro asombroso,
encontrar lo tan costosamente buscado,
la dura espera había llegado a su fin en la sonrisa
de una preciosa Doncella.
Hoy bese tus labios
Me perdí entre bosques de alegría
Con aves entonando canciones
Y el corazón provisto de vida.
Hoy bese tus labios
Rozando las nubes del cielo
Nadando en el mar de tu piel
Siendo el olor de tu pelo.
Hoy bese tus labios
Hoy bese tus sabrosos labios
Hoy bese tus ricos labios
Hoy bese tus dulces labios.
Hoy justamente hoy
Bese tus labios!.
Cuantos extraordinarios poemas escribió aquel joven
a su Doncella, la verdad no se llevo la cuenta puesto
que no importa la cantidad sino de donde
provengan y cada uno de ellos lo dictaba su corazón