Ana Ajmatova
LLEGUÉ A VISITAR AL POETA
A Alexander Blok
Llegué a visitar al poeta exactamente al mediodía, un domingo. En el cuarto espacioso reinaba el silencio afuera, en la calle, hacía frío.
Un sol agradable se paseaba sobre el tupido humo grisazul... El poeta me miraba fijamente, en silencio, como un gran anfitrión.
Es mejor ser cuidadosa y no mirar nunca a sus ojos; son ojos tan extraños que jamás se pueden olvidar.
No olvidaré ese encuentro aquel brumoso mediodía de domingo a las orillas del Neva en una casa grande y gris.
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