Pablo Neruda
Oda a la cuchara
CUCHARA,cuenca de la más antigua mano del hombre, aún se ve en tu forma de metal o madera el molde de la palma primitiva,en donde el agua trasladó frescura y la sangre salvaje palpitación de fuego y cacería.
Cuchara pequeñita, en la mano del niño levantas a su boca el más antiguo beso de la tierra, la herencia silenciosa de las primeras aguas que cantaron en labios que después cubrió la arena.
El hombre agregó al hueco desprendido de su mano un brazo imaginario de madera y salió la cuchara por el mundo cada vez más perfecta, acostumbrada a pasar desde el plato a unos labios clavelinos o a volar desde la pobre sopa a la olvidada boca del hambriento.
Sí,cuchara,trepaste con el hombre las montañas, descendiste los ríos, llenaste embarcaciones y ciudades, castillos y cocinas, pero el difícil camino de tu vida es juntarte con el plato del pobre y con su boca.
Por eso el tiempo de la nueva vida que luchando y cantando proponemos será un advenimiento de soperas, una panoplia pura de cucharas, y en un mundo sin hambre iluminando todos los rincones, todos los platos puestos en la mesa, felices flores, un vapor oceánico de sopa y un total movimiento de cucharas.
|