
Nimia Vicéns
SUEÑO DEL PUERQUITO RUBIO
Un puerquito rubio estaba muy triste, echado en la esquina de un sucio corral. Estaba muy triste, y su sueño era que alguna mañana le nacieran alas de cristal...
El puerquito rubio no tuvo la culpa de que lo dejaran sin poder volar. Cuando repartieron aves para el aire, peces para el mar y conchas de nácar para el arenal, al puerquito rubio tocó el lodazal.
Cuando quieres trinos el puerquito rubio tiene que hozar; y cuando se oye su pru-pru tan trsite, el sueña que canta sobre el lodazal.
No le dieron nombre para la poesía; su nombre el poeta no mencionaría con las golondrinas, con las mariposas... Nadie le diría: —Puerquito de sueño, puerquito de rosas, eres de cristal.
Esta mañanita, porque yo le canto su sueño tan lindo de querer volar, el puerquito rubio todo enfangadito se ha echado a llorar.
—Puerquito, no llores, si tú eres de sueño, si tú eres de rosas, eres de cristal.
!Que hermoso milagro hace mi cantar! El puerquito alegre se ha puesto a jugar en la triste esquina del sucio corral: hoza asombradito estrellas de agua sobre el lodazal.
!Sobre su lomito parece que nacen, parece que brillan alas de cristal! !Que hermoso milagro en el lodazal!...


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