Francisco de Quevedo
A una dama bizca y hermosa
Si a una parte miraran solamente vuestros ojos, ¿cuál parte no abrasaran? Y si a diversas partes no miraran, se helaran el ocaso o el Oriente.
El mirar zambo y zurdo es delincuente; vuestras luces izquierdas lo declaran, pues con mira engañosa nos disparan facinorosa luz, dulce y ardiente.
Lo que no miran ven, y son despojos suyos cuantos los ven, y su conquista da a l'alma tantos premios como enojos.
¿Qué ley, pues, mover pudo al mal jurista a que, siendo monarcas los dos ojos, los llamase vizcondes de la vista?
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