María Dols
Palabras sinceras
Por más que viviera, jamás entendería de qué hermosa plenitud podrías aún adornar mi vida. Y ni siquiera recordar los años de soledad, olvido y pobreza, causan ya en mi fatal amargura, y, aun sin tu amor, saber de ti hoy, justifica aún más el amor que te profeso.
Mas no creas que odio o rencor alguno te guardo, que quien ama, la maldad no va consigo. Por eso te lo digo, para que lo sepas: buena suerte amigo, buena suerte amor, a íi sólo me queda partir y aprender a vivir con tu ausencia, y perderme en algún otro lugar, sin saber qué me depara este tiempo tan confuso.
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