SIETE MÁGICAS...
MUÉVETE...
Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las montañas, sal
de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida.
Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas
ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover
montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.
TOCA...
Toca las partes que amas de tu cuerpo. Da abrazos en la panadería, en
el parque, en las puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la
mejilla. Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la
sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las
diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua.
Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.
ESCUCHA...
Siéntate en silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado.
Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la
última nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que solo
escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de
las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo
en tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que
nunca es hablado.
SIENTE...
El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte.
Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más
profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y
expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de
verdad, no estás vivo.
CONFÍA...
Tú sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla
interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te
arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición.
Ten esto encuentra: Finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si
consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando,
eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de
llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.
REÚNETE...
Con los hombres y mujeres que amas. Toma el té acompañado, camina en
compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros.
Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias son
diferentes a las de los otros y a su vez son completamente parecidas.
Cocina y come en compañía.
RECIBE...
Por una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo.
Acéptalos cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír,
el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas,
siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que
sean llenadas con abundancia. Recibe todas las
cosas buenas que
mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida...