Antonio Gala
Bajo qué ramas, di, bajo qué ramas
Bajo qué ramas, di, bajo qué ramas de verde olvido y corazón morado la roja danza muerde tus talones y te estrechan amantes amarillos.
Desde qué repentina lontananza giras, me nombras, saltas entre el aire, mientras yo permanezco absorto en sueños aún dormida creyéndote en mi alcoba.
Qué plateada tristeza te reviste, si alegre hasta tu alegre voz acudo, los pies descalzos, para entrelazarme sal paso de tu danza apresurada.
Dónde te vas cuando te vas y lloran las colinas, a solas con tu nombre para siempre, hasta oír al lado mío tu voz que me pregunta a quién aguardo.
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