Hola CARLA La nueva matanza de Texas no es otra película de miedo. Es la historia de una matanza real que ha dejado más de 200 muertos en el estado de Texas, en Estados Unidos, en menos de 10 años.
La macabra historia de un gobernador, Rick Perry, que ya es responsable de casi la mitad de las ejecuciones que se han practicado en Texas desde que hace más de 30 años se implantó la pena de muerte. Y eso es una matanza en toda regla. Una matanza a sangre fría, programada y lamentablemente legal.
Entre las ejecuciones que ha firmado Rick Perry, hay personas con enfermedades mentales, personas extranjeras privadas de derechos consulares y personas cuya inocencia ha quedado demostrada después de la ejecución.
Las ejecuciones han sido públicas y con inyección letal: un sistema que a la vez que proporciona una muerte lenta y terrible, paraliza al condenado con drogas e hipócritamente ofrece al espectador una falsa apariencia de muerte indolora.
Es una historia monstruosa que ocurre abiertamente en un estado que se presenta como estado de derecho y resulta que viola el más fundamental de los derechos: el derecho a la vida.
En Amnistía Internacional llevamos más de 50 años luchando por el derecho de las víctimas a obtener justicia y creemos que la pena de muerte no es más que pura venganza. Ni podemos ni queremos quedarnos de brazos cruzados.