Una rosa y un clavel se enamoraron a escondidas del jardinero; cómplices las demás flores cómplices la luna y el lucero.
La rosa y el clavel creían que de sus amores el jardinero no sabia, inocente rosa, inocente clavel mágico aroma.
El jardinero orgulloso que dos flores tan bellas crecieran en su jardín, las cuidaba, de noche y amanecida.
Las regaba con luz de luna con estrellas las abonaba cuando el clavel y la rosa, hablaban de sus amores hasta la llegada del alba.
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