Y se hizo indiferente el día
y se fue apagando la noche inerte
se hizo húmedo el ambiente, yermo
y frío, como la muerte…
Y deje de pensar
y deje de sentir
y deje de soñar
y dejé de vivir…
Ya no había motivo,
solo desazón sombrío.
miraba el cielo y no clareaba
y en la mar el agua se extinguía…
Imposibles como mi amor por ti
que se fue de mi vida para siempre
los amaneceres era tan lindos
que los guardaré en mi alma perennes.
Solo asÍ, volverá a lucir el sol,
y caerán en cascadas las estrellas,
en ellas me refugiaré soñando
y subiré contigo porque brillas
tú, la más bella entre las bellas.
Autora
Marisa Prunera
Llum
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