Caminaba la ternura....
Caminaba la ternura sin saber a quien acariciar con palabras y dulces gestos.
Una suave brisa que pasó por allí, se quedó a su lado. La ternura la miró y preguntó si
necesitaba algo, a lo cual respondió que no, muy discretamente.
Ambas se quedaron en ese bello lugar.
Dando giros, arrojando sonrisas y haciendo cosquillas llegó la alegría, las miró....
sonrió contagiosamente y se acomodó juntas a ellas.
Mas tarde se incorporó al grupo la comprensión
y el amor incondicional que como siempre van juntos a todos lados.
Los sueños venían volando en las alas de un jilguero.
La docilidad se apuró para ayudar y con mucha prisa
La paciencia pudo desenredar el nudo que ataba a los proyectos.
Los secretos corrieron a guardarse en un refugio llamado corazón.
La calidez invitó a todo el grupo allí reunido a encender una fogata...
cada uno juntó pequeñas ramitas y hierba seca,
la fueron colocando con mucha armonía y delicado equilibrio.
Cuando estuvo listo, la calidez se acercó,
posó sus manos sobre las ramas y suavemente comenzó a arder
una diminuta llama que fue abrazando toda la gran fogata que se encendía.
A su alrededor se sentaron la ternura, la discreción, la alegría, la comprensión,
el amor incondicional, los sueños y los proyectos.
La paciencia junto con la docilidad se ubicó con armonía y equilibrio al lado de la calidez.
Los secretos espiaban sin salir del refugio del corazón.
Por un instante contemplaron el fuego,se tomaron de las manos
y juntos al unísono llamaron a esa fogata "Amistad".
Desde siempre permanecen en cada corazón de un amigo,
irradiando ese calor que no quema, que te abriga y
que te acompaña cuando hay oscuridad.
Ese calor que guardas en tu corazón cuando a tu alrededor hay escarcha.
Esa cálida sensación que te guía aunque la distancia te halla separado de su fulgor y su tibieza.
En nuestra fogata de la amistad cada cual colocó su rama,
su hierba seca, el perfume de frutos silvestres o
simplemente la chispa para encenderla...
Cada ingrediente se fundió en el fuego, sin diferencias.
Otorgándole a esa flama la particularidad de ser única.
La simpleza de su colorido su matiz rojo y naranja.
Y el destello que irradia un calor que alberga quedarse cerca,
muy cerca, disfrutando la emoción de verla crecer sin permitir que jamás se apague.
Desconozco al autor
Saludos... besos...
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