La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer y que tenia buen aspecto y que era deseable para adquirir sabiduría, así que tomo de su fruto y comió Le dio a su esposo con ella y también el comió Génesis 3:6
Con Ella – “¿por que, por qué entraste en mi vida? ¿por que te envió Dios a mi? Mira el desastre que has causado. ¡Toda la culpa es tuya!” Adán ha tenido una canción triste que cantar desde muy pronto después que el y su “`ezer kenedgo” comieron del árbol. Pero cuando ella le ofreció la fruta, ella no la rechazó. No dijo, “ahora espera un minuto. Dios dijo que no comiéramos de este árbol ¿Por que haces esto?” No, el la siguió. ¿por que?
Lo primero que notamos del texto hebreo es que es muy evidente que Adán no andaba de pesca cuando “Havva” (Eva) conversaba con la serpiente. El estaba justo allí con ella. El hebreo es “`immah”. No solo significa que el estaba allí parado. Significa que el estaba acordando con todo lo que sucedía. La preposición “`im” incorpora el significado de algo hecho de juntos o en común. Esto no es un pecado exclusivo de la “`ezer”. Esta es culpabilidad mutua.
A mi esposa y a mi nos encanta hacer cosas juntos. De hecho, cuando me case, acordamos que la vida del mundo corporativo donde el esposo y la esposa ocupan dos realidades distintas no era para nosotros. Intentamos dedicar la mayor cantidad de tiempo a hacer las mismas cosas. Esto ha sido muy difícil cuando luchábamos con tormentas financieras, pero la verdad es que cuando podemos solo pasar el día juntos, somos muy felices. Tan solo puedo imaginarme como habrá sido para Adán y su “`ezer”. Eran los únicos ocupantes humanos en el Jardín. El gozo que habrá sido descubrir lo que Dios puso allí, caminar mano en mano por la creación de Dios observando la armonía perfecta del mundo ordenado. Y Adán sabia, en sus huesos, que la que caminaba a su lado era perfecta para el. Ella era su complemento en el orden perfecto de la existencia. Así que no es de sorprenderse que estuviese allí durante la conversación con la serpiente.
Lo sorprendente es que Adán no dice ni una sola palabra. No objeta, resiste ni reta nada. Se somete a su sugerencia y sigue su guía. ¿por que? ¿no es el quien tiene que recordar? ¿No es el èl zakar? Claro que lo es. Cuando Dios le pregunta porque comió de la fruta, el ofrece una excusa razonable. “Hice lo que ella me dijo que hiciera. Por eso fue que la creaste, Dios. Para darme dirección.” Y tiene razón. Eso es lo que debe hacer la “`ezer”. Ella es responsable de la guía de la relación de su pareja. Adán hizo lo que ella le dijo porque confió en ella. Pero fue un gran error.
La mujer fracasa en mantener los limites. Fracasa en reconocer la diferencia entre como está hecha y como podría ser. Como no ve la diferencia entre ser equipada por Dios y ser auto-suficiente, cruza la línea. Y Adán la sigue. El se olvida que el Señor le ha dicho otra cosa. El hombre y la mujer ambos violan su carácter esencial hecho a la semejanza de Dios. Pero eso es lo que hace el pecado. Viola quienes somos.
¿Fue error confiar en ella? NO. El único lugar en la Biblia donde la palabra hebrea para confiar (batach) se usa positivamente es entre humanos en Proverbios 31:11. Este versículo instruye al esposo a confiar en su esposa. En todos los otros casos, el uso de batach es una declaración positiva de la confianza entre un hombre y Dios. El problema de Adán no es la confianza. Es recordar. Cuando Adán falla en ser quien realmente es – quien recuerda – se comienza de nuevo y lo único que queda es la confianza. Pero la confianza sin verdad es pecado. La confianza sin recordar la verdad es como navegar sin brújula. Puedes confiar que el viento te llevará hacia adelante, pero no tienes idea de donde vas. Pablo tenia razón cuando dijo, “Así como por un hombre, el pecado entro al mundo.” El no tuvo que decir, “Por una mujer.” Adán estaba allí, olvidando como lo hizo Dios y lo que debía hacer.
La razón por la que confió en Dios es porque El es inamoviblemente verdadero. Ese es el estándar divino de la “`ezer” – acción basada en fiabilidad inamovible. Pero desde la Caída, todos nos tambaleamos. Requerimos de una voz externa de corrección que corresponda a nuestra voz interna de dirección Necesitamos una brújula que no haya sido influenciada por nuestra idea del Verdadero Norte. Adán olvidó la verdad – y su confianza lo mato. Eva olvido los limites – y su paso la derrotó
Si estas en complemento con otro, necesitaras ambas, verdad y limites antes que la confianza y la dirección puedan lograr sus propósitos No los confundas, no importa cuan deseable sea la fruta. Dr. Skip Moen. Traducido por Bessy Bendaña.
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