Hoy vuelve a llover, se salen mis ojos nostálgicos por la ventana con la mirada perdida, se vidrian de melancolía buscando en cada gota caída el reflejo efímero de su sonrisa; mas no logro encontrar siquiera el leve brillo de su mirar.Se humedecen mis labios ansiosos saboreando los besos suyos que nunca probaron, el aire frío de su ausencia los seca y agrieta dejándolos sedientos del dulce néctar de su boca. Se escapan suspiros anhelosos de ella, se pierden entre las nubes oscuras que acompañan mi soledad.
Es la tesitura de quien ama a una mujer sin que, tan sólo, pueda decirle lo que siente... Aquel que riega con lágrimas amargas los pétalos de una rosa blanca, el mismo que naufragó en las aguas que bañan el reino de la fantasía, que imaginó rozar con palabras escritas la luna bella, o quien deseó acariciar tenuemente el delicado susurro del viento... Un loco soñador que ama al amor y siente el miedo en su piel por no poder amar con el amor que pretendiera... Y que se contenta tan sólo con verla un segundo, pues para él es al mismo tiempo tan breve y eterno...
Dile mirándola a los ojos que la amas, me dice una voz amiga. Mas cómo decirle aquello que siento, si de hacerlo con ello perderla puedo... Cómo explicarle cuánto por ella padezco, si al intentarlo enmudece mi voz, las palabras se silencian... Y cómo callar, si de ganas me muero por contarle este sentimiento tan fuerte que siento en mi pecho... O cómo no amarla, si de no hacerlo a mi corazón mentiría y perdería la cordura mi razón...
Cuando sus ligeros pasos la alejan de mí y mis manos tratan de sujetarla sin conseguirlo, se me desgarra el alma... y muero. Las tardes sin ella se vuelven silencio y vacío... El paso lento del mentiroso tiempo alarga el perseguido momento de verla de nuevo... y parece no llegar.
Aún sin haberla tenido nunca, si a perderla llegara... ¡¡pobre de mí!! Mi cuerpo quedaría vacío: vagaría mi alma en triste soledad por el mundano país del olvido; mi corazón que por ella late, mi realidad, con ella permanecería siempre como la sombra que custodia cada uno de sus pasos. Sonámbulo deambularía diáfano de sentimientos, a merced de la cruel soledad, de la tristeza de quien no supo amar...
¿Por qué se hace y se percibe tanto daño cuando se siente tan bonito?