La vida es un río.
En la medida que luchas contra el río,
sufrirás y tendrás que tomar mucho agua.
Pero, si te dejas llevar aunque sea un poco por el río,
lo conocerá más y podrás tomar
una decisión más acertada sobre tu futuro.
Porque rechazamos lo que la vida nos da,
sencillamente no recibimos nada de ella más.
Todas las cosas que tenemos o vemos son regalos
preciosos que la vida nos dio,
ya sea para apreciar o para aprender algo de eso.