A la Orilla del Mar A la caída del sol, por la playa inmensa y sola, de frente al viento marino nuestros caballos galopan. Es el horizonte de oro, oro es la mar y oro arrojan los cascos de los caballos al chapotear en las olas. En blancos grupos contemplan caer el sol las gaviotas; mas, al acercarnos, vuelan en bandadas tumultuosas. Pesadamente se alejan sobre las revueltas olas y abátense a la distancia trazando una curva airosa. Alcance pronto les damos y ellas, de nuevo en derrota, a volar, siempre adelante, por sobre la mar sonora. Por la arena húmeda y firme nuestros caballos galopan. Al fuerte viento marino cabelleras y almas flotan. A la caída del sol, en la playa inmensa y sola tu alma se entregó a mi alma, tu boca se dio a mi boca. No se sabe de qué hablar cuando la emoción es honda. por la orilla de la mar nuestros caballos galopan.
Manuel Magallanes Moure
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