Las cosas no valen por lo que son...
sino por la perfección que has puesto al hacerlas.
Las cosas no son grandes por sorprenden-
tes... sino por el amor que se puso en ellas
para verlas florecer.
El camino no es valioso por el recorrido...
sino por el proceder.
No somos máquinas...
somos sentimientos.
No somos técnica...
somos vibración.
No somos ciencia...
somos amor.
No somos aguacero...
somos roció.
No somos grandes cosas...
somos rayitos de luz.
No somos espectaculares...
somos detallito.
No somos seres milagrosos...
somos fieles servidores.
Y sin prendidos de la fé, vamos mejorando
poco a poco...
No es que seamos los grandes habilidosos...
¡sino los "pequeños favorecidos"